Junto a su esposo serían los responsables del uso de menores para su explotación
Por Carlos Pastrana | Para LA NACION
SALTA.- La Cámara Federal de Apelaciones de Salta confirmó los procesamiento con prisión preventiva de Eva Elena Ortiz, directora de una escuela albergue, y de su cónyuge, Walter Clímaco Cuellar, como responsables prima facie del delito de trata de personas agravado porque seis de las víctimas estaban bajo su guarda como alumnos, a los que obligaban a realizar trabajo esclavo.
Serían responsables del delito de transporte y uso de menores de edad con fines de explotación, ya que trasladaron a los menores desde la localidad de Las Lajitas, departamento de Anta, hasta Talavera, a 150 km, con el consentimiento de sus padres porque recibirían educación y alimentación, pero fue para realizar trabajos forzados.
Las actuaciones se iniciaron el 26 de octubre de 2011 en el Juzgado Federal N° 2 de Salta, cuando en la ruta nacional 16, cerca de la localidad de Coronel Olleros, fueron encontrados cuatro niños de 7, 8, 9 y 10 años, que se escaparon de una finca donde quedaron otros dos chicos. Los menores lloraban, dijeron tener hambre y afirmaron que los llevaran con sus padres a Las Lajitas, pues tenían mucho miedo porque los encerraban y los hacían trabajar y no les daban de comer si no hacían lo que les pedían.
En la resolución de la cámara, firmada por los jueces Renato Rabbi-Baldi Cabanillas, Roberto Loutayf Ranea y Jorge Luis Villada, se señala que «los menores que estaban en Talavera, donde está la escuela albergue Nº 4295, eran obligados a trabajar».
Mercedes Palma, madre de tres de los menores, dijo que los chicos decían que estaban bien, pero le resultaba raro que no querían regresar y una de sus hijas comentó que la maestra era mala, que a veces le pegaba y que los obligaban a lavar la ropa.
Agregó Palma que la docente Ortiz se comprometió a atenderlos bien, alimentarlos y darles todo lo necesario para su enseñanza primaria y nunca se imaginó que a los menores los obligaban a efectuar trabajos no acordes con su edad.
Los chicos señalaron que el baño de varones de la escuela hogar era utilizado como depósito de mercadería y no les permitían usar los sanitarios sino que eran obligados a ir al monte y debían bañarse con agua fría que sacaban de un tacho.
La maestra alegó que los trabajos que debían hacer los niños respondían al proyecto educativo que incluía lavarse la ropa, barrer el predio, lavar las tazas, ayudar para dar de comer a los animales domésticos, preparar la tierra para sembrar y cortar los yuyos.
Artículo publicado en www.lanacion.com.ar el 22 de Junio de 2012